Cuando se trata de financiar una propiedad, es común escuchar los términos «pre-calificación»
y «pre-aprobación». Aunque parecen similares, son procesos distintos que juegan un papel
importante en el camino hacia la compra de una propiedad. Entender sus diferencias es clave
para tomar decisiones informadas y estar preparado ante los vendedores y bancos.
1. ¿Qué es la Pre-Calificación?
La pre-calificación es un análisis preliminar de tu capacidad de compra basado en información
básica como ingresos, deudas y estimaciones de gastos.
●Ejemplo: Un cliente interesado en una propiedad recibe una pre-calificación en
minutos, lo que le da una idea del rango de precios que puede considerar.
●Consejo: Aunque es un buen punto de partida, no garantiza la aprobación del préstamo
2. ¿Qué es la Pre-Aprobación?
La pre-aprobación es un proceso más formal que incluye una revisión detallada de los
documentos financieros del cliente, como declaraciones de impuestos y estados bancarios.
●Historia: Un inversionista internacional fue pre-aprobado para un préstamo DSCR tras
presentar su historial financiero internacional, lo que le permitió negociar con confianza.
●Ventaja: Al obtener una pre-aprobación, los vendedores ven al comprador como un
cliente serio y confiable.
3. Principales Diferencias
●Nivel de compromiso: La pre-calificación es una estimación inicial, mientras que la
pre-aprobación implica un análisis más exhaustivo.
●Documentación requerida: La pre-calificación solo requiere información básica,
mientras que la pre-aprobación necesita documentos como pruebas de ingresos y
estados bancarios.
●Impacto en la negociación: Con una pre-aprobación, los compradores tienen mayor
credibilidad ante los vendedores.
Ambos procesos son importantes, pero la pre-aprobación es más útil para avanzar en la
compra, ya que ofrece mayor credibilidad ante los vendedores.
Conocer las diferencias entre pre-calificación y pre-aprobación te prepara mejor para el proceso
de financiamiento y aumenta tus posibilidades de éxito al comprar una propiedad. Consulta con
un asesor financiero para determinar cuál es el paso ideal según tu situación y avanzar con
confianza en tu inversión.